De Vandana Shiva
La
Globalización genera crecimiento a partir de la destrucción del medio ambiente
y de los modos de producción locales y sostenibles. Crea pobreza en vez de
eliminarla.
Globalización de las presiones ambientales.
Cada año aumenta
la inestabilidad climática. La globalización económica contribuye a la
inestabilidad del clima mundial porque fomenta un modo de desarrollo que usa
mucha energía y está destinado a la exportación. Las repercusiones de la inestabilidad
climática y la desaparición del ozono afectan de forma desigual al Sur. Como la
mayoría de los países del Tercer Mundo viven de la agricultura, cualquier
cambio climático puede destruir el medio rural.
Loa países
desarrollados ofrecen precios lucrativos a las compañías recuperadoras de
residuos del Tercer Mundo que se hagan cargo del material contaminante y de su
“tratamiento”. De tal forma algunos países se convierten en los auténticos
vertederos del Primer Mundo mediante la justificación de la rentabilidad
económica.
Según la ONU,
los países del Norte consumen alrededor de las tres cuartas partes de la
energía, el 85% de los productos generados con la explotación de los bosques y
un 72% del hierro, además de generar los dos tercios de los residuos del
planeta
No han dejado de
multiplicarse los efectos de catástrofes naturales más o menos relacionadas con
procesos económicos y singularmente lesivas en los países más pobres, en donde
son mucho más precarios los sistemas de predicción y alarma.
La piratería de la riqueza biológica e
intelectual del Tercer Mundo.
Los dos tercios
más pobres de la humanidad se mantienen con formas de vida basadas en la
biodiversidad y el conocimiento indígena. Sin embargo, hoy por hoy, esa base de
recursos está amenazada porque las empresas occidentales junto a sus
científicos reclaman las plantas y semillas de esta parte de la humanidad, las
patentan y las presentan como invenciones propias con lo que niegan la
innovación colectiva practicada desde hace cientos de años por los campesinos
del Tercer Mundo. En paralelo las grandes empresas (químico-farmacéuticas y de
biotecnología) del Norte, pujan, según Fernández Durán, por “acceder a los
santuarios del Sur, dónde se alberga la biodiversidad, con el fin de apropiarse
de su riqueza genética (biopiratería), patentar los productos elaborados a
partir de ella y venderlos al conjunto del mundo, amasando enormes beneficios
con lo que ahora se denomina <oro verde>”. Esas empresas han
registrado, por lo demás, un acelerado proceso de concentración.
Fuentes :
http://contaminacion-ambiente.blogspot.com.es/